Los chicos no lloran tienen que pelear… Los chicos con las chicas deben estar…

Desde que tomamos conciencia nos han señalado el camino, cómo debemos ser para pertenecer al grupo, cómo ser “normal”. Si no, serás el rarito.

Agosto de 1993. Dani acaba de cumplir trece años. Él y su familia se mudan a una casa a las afueras. Nuevo colegio, nuevos amigos, nuevas dificultades. Comienza una nueva etapa.

Pero el descubrimiento de una caja metálica en el altillo de su armario le lleva a Dani a vivir el viaje de su vida. Una caja que guarda el pasado de Miguel, sus sueños, sus lágrimas, sus desvelos, que originan que Dani se replantee cómo quiere enfrentarse al futuro empezando por asumir que los raritos puede que sean los demás, los intolerantes.

A su alrededor, durante este primer fin de semana del mes, cada miembro de la familia lidiará contra sus propios miedos, esas incertidumbres que viajan con ellos, incluso, a las afueras de la ciudad.

Son los noventa, tiempos inciertos y faltos de referentes.