A través de los testimonios de varias personas, va descubriéndose la figura de Nerea, una niña de 11 años que, sin proponérselo, ha marcado sus vidas.
Su forma de enfrentarse a las dificultades, su alegría, su fortaleza, su sencillez, su humildad, su ayuda desinteresada a los demás, su entrega y su ejemplo, llega al corazón de las personas que la conocen para quedarse
en sus vidas.
La localización del Faro de Ajo, en Cantabria, refleja el camino, la alegria de vivir, la diversidad en todas sus vertientes, el mar como continente del mundo en que vivimos, la profundidad del acantilado, su
peligro y magia.
Valores universales, que nos enfrentan de una forma inexorable, al sentido
último de nuestras vidas.