Sara y Raúl esperan a que comience la película. Los dos niños se han aventurado solos al cine, una idea de Sara para animar a su hermano pequeño, triste porque su padre acaba de mudarse a Londres. Sara sabe que el cine fantástico y de ciencia ficción es el mejor remedio para las despedidas y la nostalgia. Entre conversaciones de grandes películas, se van haciendo a la idea de que todo vuela, y de que la mejor forma de sobrellevar la lejanía, es el cine que despierta la imaginación.